Estamos viviendo una de las temporadas más cargadas proféticamente de la historia. Las naciones están temblando. El engaño está aumentando. Los corazones se están enfriando. Sin embargo, en medio del caos, Dios está orquestando el mayor movimiento de salvación que el mundo haya visto jamás. No es tiempo de retroceder; es tiempo de levantarse en oración y luchar por las almas que están en la balanza.
El enemigo sabe que su tiempo es corto. Trabaja incansablemente para cegar la mente de los incrédulos, silenciar el Evangelio y distraer a la Iglesia de su misión. Pero Jesús no ha cambiado su encargo. Su corazón todavía arde por los perdidos. Su mandato sigue vigente: “El Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.” (Lucas 19:10)
Esa misión ahora es nuestra.
La cosecha está lista — ¿pero dónde están los obreros?
Jesús dijo: “La mies es mucha, pero los obreros pocos.” (Mateo 9:37)
No fue una observación casual, sino un llamado divino a la oración.
Cuando Jesús vio a las multitudes perdidas, como ovejas sin pastor, no dijo: “Trabajen más duro.”
Dijo: “Oren con más fervor.”
“Oren, pues, al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.” (Mateo 9:38)
La oración no es lo que hacemos después de evangelizar.
La oración es lo que hace que la evangelización tenga poder.
La oración rompe las cadenas del engaño.
La oración ablanda los corazones endurecidos.
La oración trae a los pródigos de regreso a casa.
La oración abre regiones enteras al Evangelio.
No podemos quedarnos sentados esperando que el avivamiento suceda.
Debemos orar para traer el avivamiento a la tierra.
El enemigo está apuntando a una generación
En este momento, la batalla por las almas de los jóvenes se está intensificando. Confusión de identidad. Desesperanza. Adicciones. Brujería. El ateísmo y las falsas religiones se propagan como un incendio forestal.
Esto no es solo un cambio cultural. Es una guerra espiritual.
Y la guerra espiritual requiere guerreros espirituales.
Por eso Dios está despertando a los intercesores en la medianoche.
Por eso sientes que la urgencia crece en tu espíritu.
Por eso no puedes soltar la carga por los perdidos.
Es el sonido de la alarma del cielo.
Debemos ponernos en la brecha
No basta con orar oraciones genéricas.
Debemos orar oraciones enfocadas, específicas y militantes que rompan la influencia demoníaca sobre ciudades, naciones y pueblos enteros.
Debemos:
-
Orar para que los ojos sean abiertos (2 Corintios 4:6)
-
Orar para que los corazones sean ablandados (Ezequiel 36:26)
-
Orar por evangelistas valientes (Hechos 4:29)
-
Orar contra el engaño y la falsa religión (2 Corintios 10:5)
-
Orar por el mayor derramamiento del Espíritu que jamás hayamos visto (Joel 2:28)
Esta no es una temporada para espectadores.
La batalla es demasiado intensa.
La cosecha es demasiado urgente.
Las almas son demasiado valiosas.
Debemos participar.
Un llamado a la intercesión en esta hora final
Creo que Dios está liberando un nuevo manto de intercesión sobre un remanente que se niega a guardar silencio,
un remanente que se niega a dejar que el enemigo robe otra generación,
un remanente que guerreará por las almas hasta que suene la trompeta.
Si eso resuena en tu espíritu…
Si sientes ese fuego ardiendo dentro de ti…
Si sabes que Dios te está llamando a tomar tu lugar en el muro…
Entonces te invito a unirte a un movimiento de guerreros de oración que se están levantando en todas las naciones.
Operación Cosecha del Fin de los Tiempos
Estamos movilizando intercesores para luchar por la salvación de las almas en cada ciudad y en cada nación.
Únete a nosotros y sé parte de un ejército mundial de oración que empuja las tinieblas hacia atrás y prepara el camino para un gran despertar del fin de los tiempos.
👉 Responde al llamado: Únete a la Operación Cosecha del Fin de los Tiempos
www.awakeningprayerhubs.com
La hora es avanzada. La batalla es feroz.
Pero la cosecha está lista.
Mantengámonos firmes y luchemos por las almas.
Saqueemos el infierno y poblemos el cielo.
Oremos como si la eternidad dependiera de ello…
Porque así es.